La discusión del dictamen en lo general y lo particular del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2022 sólo fue “pan y circo” al pueblo.
No se le movió ni una coma a la propuesta presidencial envidada a la Cámara de Diputados, lo que significa que tampoco se le movió un solo peso al destino que Andrés Manuel López Obrador ya había determinado para los casi 7.1 billones de pesos para el ejercicio fiscal del próximo año.
Las y los Legisladores Federales de Morena y sus aliados engañaron a la gente, porque simularon participar en un debate de ideas y presentación de argumentos. Todo fue mentira. Ninguna de las casi 2 mil reservas presentadas fue aprobada.
El “circo” fue tan absurdo, que en su farsa presentaron reservas dizque por beneficiar a sus estados o sectores vulnerables y, luego, las retiraron o fueron rechazadas por sus propias bancadas. Así, Diputadas y Diputados lacayos cumplieron el capricho unipersonal del Presidente.
¿Y al pueblo bueno y sabio en dónde lo dejaron? Lo dejaron sin recursos para medicinas contra el cáncer, sin albergues para mujeres víctimas de violencia, sin apoyos para el campo, sin el Seguro Popular, sin el sistema de salud como el de Dinamarca, sin federalización para municipios y estados, sin Pueblos Mágicos, sin reconocimiento a migrantes y sin recursos para educación.
Claro que estoy indignada por el actuar del grupo legislativo oficialista y de quienes dicen gobernar desde Palacio Nacional. Entre más examino el “circo”, que durante días vivimos en el Parlamento mexicano, mi indignación se vuelve coraje y frustración.
¿Por qué? Porque nos quedará una refinería de Dos Bocas que antes de entrar en funcionamiento ya estará obsoleta por el uso de energía limpias. Porque contaremos con un aeropuerto de Santa Lucía que no cumple especificaciones internacionales para operar. Porque tendremos un Tren Maya que destruyó la riqueza ecológica y afectó a pueblos originarios, verdaderos dueños de esa tierra.
También nos quedaremos con programas sociales clientelares, con los que controlan a una población necesitada, condicionada únicamente para pedir sin dar a cambio nada, ni siquiera el esfuerzo para mejorar su propio entorno. Y tendremos una democracia atacada y débil, por el recorte abusivo que hicieron al presupuesto del organismo ciudadano del Instituto Nacional Electoral (INE).
Como zacatecana mi decepción es mayor.
Por cuarto año consecutivo el estado fue severamente afectado en materia presupuestal. Más del 90 por ciento de nuestros recursos son federales y en términos reales estos fueron recortados para destinarlos a las obras faraónicas y para enviarlos al sur del país, pese a que somos una de las entidades más pobres.
En el 2022 no habrá carreteras, porque nos asignaron cero pesos. Tampoco habrá programa Migrante, porque lo desaparecieron. Nos olvidaremos de los recursos para mejorar los Pueblos Mágicos; también lo quitaron. No hubo federalización de la nómina magisterial, habrá que seguir peregrinando a la Federación rogando apoyo. No habrá recuperación económica.
No, no soy pesimista. Soy realista. Veo la situación endeble en la que nos dejaron las y los representantes populares zacatecanos oficialistas, que no defendieron a nuestro estado y aprobaron el presupuesto de AMLO. Los números no mienten. Aquí un poco de ellos, en el valor real de lo que significarán las asignaciones.
Zacatecas recibirá recursos federales por 31 mil 921 millones de pesos; es decir, sólo 1 mil 324 millones más que esta anualidad. O sea, nada, frente al índice inflacionario que podría llegar al 8 por ciento.
En el Ramo 28 tuvimos: menos 5.2 por ciento en el Fondo de Aportaciones de Nómina Educativa y Gastos de Operación (FONE); menos 5.2, en el Fondo de Aportaciones Múltiples; menos 56.5, en el Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de las Entidades Federativas; y menos 6.3, en el Fondo de Aportaciones para la Educación Tecnológica y de Adultos.
En los Convenios de Descentralización y Reasignación el aumento es de 1.9; y en Programas y Proyectos de Inversión el decrecimiento es de 0.1 por ciento.
Entonces, para el siguiente año la capacidad de gestión, eficiencia en aplicación de recursos, creatividad, honradez, transparencia y rendición de cuentas tienen que ser el criterio indispensable para tratar de solventar las dificultades.
Noemí Luna
Diputada Federal