Millones de personas sí creyeron que a finales del 2020 México tendría un sistema de salud pública como Dinamarca. Pero pronto, de tajo y sin remedio, pasaron de la esperanza a la frustración, por el monumental fracaso que significó el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI).
La realidad fue otra: Las familias más pobres, excluidas de la seguridad social, que enfrentan padecimientos graves y con tratamientos costosísimos, repentinamente dejaron de recibir atención médica y medicamentos.
La política pública del Seguro Popular de Salud, instalada en la administración panista de Vicente Fox, exitosa durante 18 años y ejemplo para muchas naciones, fue desaparecida por Andrés Manuel López Obrador para dar paso al INSABI.
Inmediatamente la incertidumbre y la desesperanza se hizo presente. De la noche a la mañana 20 millones de personas en condiciones de vulnerabilidad dejaron de ser beneficiarias del Seguro Popular, al disminuir la cobertura de atención en salud de 53 millones a 33 millones con el nuevo organismo federal.
El Gobierno de AMLO prometió que el INSABI sería la panacea en materia de salud. Mintió.
Cada vez fue más patente el rechazo popular ante la reducción de la cobertura, disminución de servicios, mengua de medicamentos, turbias reglas de operación y eliminación de atención familiar.
A escasos meses de suprimir el Seguro Popular inició el viacrucis de las y los ex beneficiarios.
Hoy, la realidad cotidiana que vemos en México es muy cruda. Miles de adultos y menores que claman medicamentos y mueren por falta de tratamientos oncológicos. Cientos de personas que ya no reciben atención para trasplantes de órganos, cirugías cardiovasculares, hemodiálisis y radioterapia.
Ante la exigencia generalizada de que vuelva el Seguro Popular, en el Partido Acción Nacional (PAN) nos damos a la tarea de recoger esa inquietud -que nos plantean permanentemente en nuestro contacto con la gente-, para hacerla nuestra y plantearla en la Cámara de Diputados.
Como siempre lo hemos hecho, abanderamos las causas de las mexicanas y los mexicanos, porque el sentido humanista que nos guía y nuestro compromiso de construir un futuro mejor nos obliga a escuchar, actuar y concretar.
En este contexto, el Grupo Paralmentario del PAN iniciamos la campaña #QueVuelvaElSeguroPopular, porque queremos revertir la que consideramos la peor crisis de salud en la historia del país y porque estamos convencidos de que la vida de las personas es lo más valioso que existe.
México necesita contar con un Seguro Popular que sí era seguro y sí era popular, porque que otorgaba gratuitamente todos los tratamientos contra el cáncer, las cirugías de trasplante y cardiovasculares; daba radioterapias y hemodiálisis; ofrecía un catálogo completo de servicios y medicamentos; así como atención médica básica y para toda la familia.
Actualmente quienes padecen enfermedades graves deben pagar sus tratamientos y medicamentos, que en caso de cáncer puede llegar hasta el medio millón de pesos. Y si tomamos en cuenta la crisis económica que provocó la pandemia, nos podemos imaginar la angustia y desesperación en la que se encuentran.
Ninguna madre quiere ver morir a su hija o hijo. Ninguna mujer u hombre tiene que sucumbir ante enfermedades curables. Ningún ser humano tiene que tomar la decisión de comer o fallecer.
Por ti exigiremos que vuelva el Seguro Popular. Además, impulsaremos en el Congreso de la Unión temas importantes para el país, a partir de tres ejes indispensables: cobertura, abasto y personal de salud.
En cobertura defenderemos a todos aquellos que quieran vacunar contra el Covid-19 a sus hijas e hijos adolescentes.
En abasto insistiremos que el Gobierno garantice todo tipo de medicamentos a la población, incluso quimioterapias para niños con cáncer que todavía no las recibe.
Para el personal de salud proponemos un seguro de vida y otro de gastos médicos mayores para quienes están en la primera línea de batalla atendiendo la pandemia.
Ustedes cuentan todas y todos los Diputados Federales panistas.
Noemí Luna
Diputada Federal